2 Pedro 1:5-8 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
Considerando ayudar y orientar a quienes todavía no se convierten en cristianos o están recién comenzando, he querido plasmar brevemente algunas claves para crecer en el conocimiento y la gracia de Dios.
Fe en Dios: significa aceptar como una verdad absoluta e irrefutable la plena existencia de Dios tal como lo afirma La Biblia, referencia Hebreos 11:6.
Fe en la Biblia : significa creer plenamente en la verdad de lo que está escrito en la Palabra de Dios, esto implica creerle a Dios, referencia 2da.Timoteo 3:16
Orar: Si creemos en Dios y creemos a su Palabra, debemos poner en práctica una relación íntima y personal con El, diariamente. Dios busca esto también. Por esto creó al Hombre. Referencia Amós 5:4
Obediencia: Obedecer significa hacer la voluntad o deseo de otra persona o impulso, por lo tanto junto con una Fe verdadera en Dios debe ir siempre la obediencia, para que hayan resultados. referencia San Juan 15:14 al 16, Romanos 6:16 al 18.
Perseverancia: Esta cualidad es indispensable para buscar y servir a Dios, porque enfrentaremos mucha oposición espiritual, luchas, pruebas y dificultades, por lo tanto no debemos nunca darnos por vencidos, porque Dios siempre tendrá una solución. y no pondrá más carga que la que podamos soportar, si nos mantenemos fieles sin duda saldremos vencedores. Referencia Colosenses 4:2, Lucas 18.
Si comenzamos a hacer estas cosas iremos aprendiendo y creciendo cada día, y seremos felices (a pesar de las dificultades y sufrimientos) y podremos agradar a Dios (2da Pedro 3:18).
Si aún no haz aceptado a Jesús como tú Salvador, hazlo hoy mismo, mañana no sabes si podrás hacerlo. (San Juan 1:12).
Amén.