lunes, 17 de abril de 2017

Qué debo hacer para ser salvo?



Si alguno tiene esta pregunta y no parece hallar la respuesta, este artículo es para él.

A diferencia de otras religiones, el evangelio nos hace mirar a alguien para salvarnos, se nos dice que Jesús es el Salvador, que murió en una cruz, que fue sepultado y que resucitó (es decir, volvió a vivir) al tercer día.
Esto se debe a que delante de Dios un pecador está muerto y además está condenado por sus pecados, pero el mismo Dios que dice o estableció esto, dio la oportunidad o medio para que podamos ser salvos de la condenación, la fe en Cristo, recibir a Jesús como Salvador.
Creer en Jesucristo el Hijo de Dios, implica creer que realmente vino a la tierra y que murió y que resucitó, si así no fuera, si no creyéremos que resucitó, no podríamos ser salvos, porque estamos rechazando el testimonio de la palabra de Dios y Dios no miente, por eso el que no cree en el testimonio que Dios ha dado de su hijo, hace a Dios mentiroso.
Jesús resucitó y tuvo muchos testigos (apóstoles y discípulos), y ellos dieron testimonio de su vida, ministerio, muerte y resurrección (tenemos los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan).
La tumba en la que estuvo Jesús, está vacía, porque fue una resurrección corporal, ahora el tiene el mismo cuerpo pero glorificado, la Biblia enseña que existe la resurrección no la reencarnación, y por eso las religiones o creencias que enseñan que el hombre debe vivir en otro cuerpo hasta alcanzar la perfección, son doctrinas diabólicas, porque lo que están diciendo es que no se necesita el sacrificio de Cristo, y eso es mentira.
El sacrificio de Cristo no fue en vano, porque era necesario que él como Hijo de Dios tomara nuestro lugar. En el cuerpo humano de Jesús, Dios cargó los pecados de todo el mundo, incluidos los nuestros, por eso para recibir el perdón se debe creer en Cristo, porque sólo entonces ese sacrificio nos beneficia y Dios nos coloca ahora en la posición de redimidos (rescatados) por ese sacrificio, nos indulta o nos perdona "todos" nuestros pecados, en virtud del precio que pagó Cristo por nuestros pecados, y no queda sólo ahí porque también por la misma fe en él somos considerados justificados y resucitados y somos posicionados como "salvados" para que el pecado que nos dominaba no tenga más poder sobre nosotros, por eso además de dar testimonio que hemos creído en Jesús como "nuestro" Salvador personal, debemos pedirle a Dios que nos dé el Espíritu Santo, que es un regalo que se incluye en la salvación, es el poder para poder vivir la vida cristiana como Dios quiere.

Bíblicamente lo que respalda esta predicación se encuentra en Romanos 10:9 al 13.

Si no entiendes todavía esta predicación lee la historia del hijo pródigo San Lucas capitulo 15,
o considera al ladrón que aceptó a Jesús en la cruz, S.Lucas 23:41-43.

San Lucas 10:21 "En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó" AMEN.

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