martes, 23 de mayo de 2017

Consejos para predicar



2da. Timoteo 2:14 " Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad"

Antes de predicar debemos procurar orar a Dios pidiendo que nos dé a entender qué porción bíblica debemos leer, o en caso contrario si Dios nos pone en la mente y el corazón un tema; como por ejemplo, la fe, podremos fácilmente usar el capítulo 11 de Hebreos (no es necesario leer todo el capítulo) o la cita de Habacuc donde dice : El justo por su fe vivirá (Habacuc 2:1-4). No es necesario leer muchos versículos, a menos que sea un sermón expositivo.

Si predicamos sobre un tema especifico, obviamente, debemos tener algunas citas que respalden el tema y sus divisiones, si predicamos la Palabra de Dios, el mensaje debe ser con amplio fundamento bíblico.

En mi caso, independiente que tenga que predicar o no, diariamente procuro leer la Biblia, y también he tratado de hacer "estudios" sobre determinados temas. Para fundamentar más mi conocimiento o he leido algunos libros que tratan en detalle temas como la oracion, el ayuno, los dones del Espíritu, etc. También he leído revistas, artículos, y escuchado muchas predicaciones, es increíble que hoy en día tenemos mucho material para trabajar en este ministerio. La misma Biblia nos recomienda que examinemos todo...pero que retengamos solo lo bueno (1ra a Los Tesalonicenses 5:21)

A lo mejor alguien no está de acuerdo en leer otros libros aparte de la Biblia, pero en la Biblia encontramos muchos temas y a algunos nos cuesta asimilarlos por estar esparcidos, por eso creo que es bueno agruparlos. Además, me gustan mucho los libros, porque los autores agregan experiencias personales, que confirman que lo que Dios ha hecho antes se repite hoy, Dios sigue actuando tambien hoy en dia, los principios bíblicos están vigentes. Si leen los apuntes de sermones de Spurgeon, se pueden dar cuenta que él toma muchas citas de otros predicadores.

Si Dios nos revela el pasaje y tema antes que llegue el día de predicar, podemos hacer algunos avances, escribiendo conceptos que usaremos, y añadiendo las citas respectivas, si bien no es recomendable "leer" en el púlpito nuestro bosquejo (que sea natural la predicación), si, al estudiarlo podremos "llenarnos" de nuestro sermón y estaremos preparados para trazar bien la palabra de verdad.

Jesús sabía muy bien lo que tenia que predicar, lo tenía en su mente y en su corazón, todo lo que el Padre le mandó que hablase lo predicó a la gente y lo enseñó a sus discípulos (San Juan 12:49).

Cuando uno está en el púlpito es posible que se olvide de alguna cita importante, o que mientras predicas Dios te inspire a resaltar alguna parte del tema, o bien, te recuerde otro pasaje que no hayas anotado, entonces necesitas el bosquejo para ver en que parte quedaste y así poder seguir el orden lógico de tu predicación, en promedio podemos predicar unos 45 minutos, si estamos bien preparados ocuparemos de muy buena forma ese tiempo, no estaremos repitiendo o rellenando con otras cosas.

La predicacion es de suma importancia para quienes asisten al culto (ver entrada la importancia de la labor del predicador)

Hace tiempo leí un libro de homiletica de Kittim Silva (Manual Practico de Homilética, también lo pueden leer en internet), que me pareció muy bueno, porque eleva este ministerio y trata de corregir algunos errores que se cometen al momento de predicar.

Hay que considerar que estamos en proceso de perfeccionamiento, por eso, sucederá que de repente nos podemos equivocar de algun versículo, ya sea por nerviosismo o porque nos distraigamos.

Estoy dando por hecho que durante el tiempo de preparación, estaremos orando, además de las peticiones normales, en especial por ese día y por el mensaje que nos toca predicar, que Dios nos guarde, que estemos en paz con nuestra familia, que no tengamos nada que el enemigo nos acuse en nuestra conciencia, y si no conseguimos arreglar algo (que no sea grave) hacer votos con el Señor de que lo vamos a solucionar con su ayuda cuanto antes sea posible (Tito 2:8). Necesitamos tener libertad para predicar.

Si no entendemos un tema que creemos adecuado para predicar, mejor no prediquemos, debemos estar seguros para enseñar a otros. También debemos practicar lo que hemos de predicar, estar plenamente convencidos de lo que hablamos.

Por ejemplo, yo nunca he dicho del púlpito: "Como dice la Biblia, son muchos los llamados y poco los escogidos", porque realmente todavía no comprendo la profundidad de esa revelación, porque tiene varios matices, que para mí aun no los percibo completamente. Porque algunos usan ese versiculo como queriendo decir que de una congregacion hay muchos "llamados" pero no todos se salvarán, pero de eso me parece que tampoco les preocupa mucho, porque solo lo hacen por el momento de predicar, nunca los veo orando por la iglesia o que se note ese amor por la congregación, por eso creo que el predicador debe ser alguien que ame a su iglesia y este realmente interesado en el bienestar espiritual de la hermandad, por eso se prepara, por eso estudia la biblia, por eso vive una vida recta.

Debemos ser fieles al Señor para predicar, por eso aunque sea poca la asistencia al culto, no nos desanimemos, debemos entender que así es la voluntad de Dios, y para esas pocas personas es el mensaje. Jesús en varias oportunidades le predicó a una sola persona (La samaritana, Nicodemo, la mujer adúltera, etc.)

Y lo más importante, el Espíritu Santo estará con nosotros y toda la preparación es vana sin su ayuda, porque el dará poder a nuestras palabras (Hechos 1:8) y con su presencia nos respaldará. Nos "guiará" incluso cuando estemos proclamando la palabra de Dios, porque esa es su misión también. O sea, si logramos predicar bien, no es sólo por nuestra capacidad, sino por la compañia del Espiritu Santo, él dará la eficacia a nuestra predicación, la llevará a la mente y al corazón de los oyentes.

San Lucas 10:21 "En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó" AMEN.

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