martes, 2 de mayo de 2017

Dios no mira lo que el hombre mira 1° Samuel 16:17


Uno de mis pasajes favoritos es la historia del rey David, desde el momento de ser ungido por el profeta Samuel. Fue uno de los primeros pasajes bíblicos que más disfruté, lo leí muchas veces y me identifiqué con ese muchacho que Dios eligió para ser el rey de Israel.
Una vez leí un artículo donde se ilustraba la capacidad del artista de ver algo hermoso en algo que para otro pasa desapercibido, por ejemplo: cuando un escultor ve una piedra de mármol en bruto tiene la capacidad de ver la obra terminada, por decir algo, un ángel, pero alguien que no tiene esa visión, sólo verá un pedazo de mármol. De la misma forma el Señor cuando ve a una persona, él ve lo que puede hacer con el o ella (Hechos 9:15), a lo mejor los demás no ven nada que pueda servir, pero Dios ve nuestro corazón, Y mientras pensaba en esto me vino al recuerdo el pasaje de David, donde Dios le dice al profeta Samuel, que él no mira lo que el hombre mira...
A veces, nosotros nos miramos a nosotros mismos, pero el apóstol Pablo escribió que el dejaba el juicio al Señor (1Corintios 4:3), nos miramos en menos, miramos nuestros defectos, etc. debemos mirar a Dios, lo que Dios puede hacer por nosotros, con nosotros y a través de nosotros, con nuestra mirada y visión limitada, es bien poco lo que podremos ver, además que la Palabra dice que en parte conocemos y en parte profetizamos, que vemos oscuramente y algún dia, conoceremos como fuimos conocidos (1ra Corintios 13:12), Dios no mira lo que nosotros miramos, él nos ve a través de Cristo y luego ve lo que él puede hacer con nosotros.

Dios mira nuestras intenciones, con qué fin hacemos las cosas que hacemos, o por qué decimos lo que decimos, si le servimos de corazón o por apariencia o por agradar a los demás.

Nosotros nos preocupamos muchos por cómo nos ven las otras personas, pero debemos preocuparnos más por cómo nos ve Dios.

La gracia de Dios es la que nos capacita para hacer su voluntad, así toda la gloria es para Dios.

San Lucas 10:21 "En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó" AMEN.

Dios les bendiga.

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