Todos necesitamos el Espíritu Santo, necesitamos su guianza (Romanos 8:14), y su poder (Hechos 1:8), el Espíritu de Dios reparte los dones y los frutos a nuestra vida, nos ayuda a entender la Biblia, nos ayuda a orar, está presente también en la inspiración para cantar, para predicar, etc. por eso él siempre debe estar a nuestro lado, mas bien en nuestro corazón.
El Espíritu Santo tiene como misión prepararnos para el encuentro con el Señor y tambien para servir a Dios, su trabajo principal es nuestra santificación, nos convencerá de pecado si le fallamos a Dios, si desobedecemos, si nos enojamos, si decimos palabras, debemos pedir perdón a Dios y también al Espiritu Santo, porque se entristece, se contrista, y también se "apaga".
Hoy en día hay mucha proliferación de enseñanzas, pero se descuida la más importante, la santidad y la santificación, la cual debe ser también obra del Espíritu en nosotros, pero debemos mantenerla, cuidarla, apartarnos del pecado, Dios no solo quiere nuestro corazón, también nuestros cuerpos, nuestra mente y nuestro espíritu, todo nuestro ser (1a Tesalonicenses 5:12), no debemos fornicar, ni adulterar, evitar estos pecados graves, que destruyen nuestra vida y lo más grave, apartan la presencia de Dios de nosotros, porque cómo un Dios santo, va a morar en un templo sucio, contaminado por el pecado, si en la ley Dios exigía santidad a su pueblo, cuanto más ahora en el evangelio?
La presencia de Dios se hace "visible" en nosotros, Dios nos dará discernimiento, vista espiritual, y podremos ver como Dios actúa en nosotros, si somos fieles en lo poco, Dios nos dará cada día más.
San Lucas 10:21 "En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó" AMEN.
Dios les bendiga.
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