viernes, 22 de marzo de 2019

¿Es necesario perdonar?

Una de las cosas que más escucho que son fundamentales para tener bendición de Dios y entrada al reino de los cielos, es el perdón, no debemos tener rencor u odio con nadie delante de Dios.

El mismo Señor Jesucristo enseñó esto en el padre nuestro, dando a entender que es indispensable tener una vida de amor, ya que la falta de perdón es falta de amor, además, nos muestra la lógica divina que si perdonamos Dios nos perdona también, pero si no perdonamos, Dios tampoco nos perdonará a nosotros (S.Mateo 6:14-16).

Por supuesto es comprensible que hay cosas que son más difíciles de perdonar, pero debemos poner la mirada no en el presente sino en el resultado eterno que esto puede tener, la salvación dependerá de esa decisión. Cualquier daño o herida que hayas sufrido no es comparable con las que sufrió el Señor en la Cruz, por lo tanto si él oró por sus heridores y pidió que Dios los perdone, tú también puedes hacerlo.

La vía para poder perdonar a otros, cuando no puedes, es pedirle ayuda a Dios, y tal como dice la Escritura, perdonarlo cuando estés orando, si te acuerdas que alguien que te haya ofendido, dile a Dios, ayúdame a perdonarlo... y si continuas abrigando sentimientos de resentimiento hacia esa persona o personas, ora más, y ayuna por ese asunto, hasta que seas libre.

La falta de perdón produce raíces de amargura en la persona y eso impide que la gracia de Dios opere con toda plenitud en tu corazón.

De la misma manera si tú haz ofendido a otra persona y llegas al conocimiento de Dios, en algún momento tendrás que pedir perdón, ora por eso, y pídele la oportunidad al Señor.

El centro de perdonar y pedir perdón está en la humillación, y esta es una actitud aprobada delante de Dios, ya que su propio Hijo tuvo que humillarse hasta lo más bajo por nosotros, en cambio el orgullo es aborrecible delante de Dios ya que esa actitud de soberbia ofende a Dios, y es uno de los atributos de Satanás y del pecado que lo llevó a rebelarse contra Dios.

Todo lo que es atado en la tierra será atado en el cielo, y todo lo que sea desatado en la tierra será desatado en los cielos (Mateo 16:19)

Amén.


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