martes, 16 de abril de 2019

Santificación.


La santificación es el proceso interno de limpieza, este proceso es realizado por el Espíritu Santo y dura toda la vida. La manera que obra el Espíritu Santo es progresiva, dependerá también de la disposición nuestra a obedecer a Dios, a su Palabra y a la guianza del Espíritu de Dios.

Dios nos perdona nuestros pecados, pero es posible que en ciertas áreas todavía quede "deseo" o "inclinación" a pecar, entonces es necesario orar específicamente a Dios que nos quite ese pecado de raíz, eso es santificación.

Ciertamente al ser una obra interna, esto se reflejará en nuestra vida, no podemos engañarnos, y decir Dios me está santificando, y exteriormente parecernos al mundo, por ejemplo alguien que se haga tatuajes, o se ponga piercings, nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo por lo tanto también debemos glorificar a Dios en nuestro exterior.


Amén.

jueves, 4 de abril de 2019

La oración eficaz del justo puede mucho.


La oración eficaz del justo puede mucho.
Santiago cap. 5. vers. 16 B.

Eficaz: que produce el efecto esperado

La intención de una oración es recibir respuesta de parte de Dios.

Dios conoce hasta lo que pensamos, aún más, antes que hablemos él conoce lo que vamos a pedir (Salmo 139), por lo tanto él escucha todo lo que se habla y todo lo que se ora, el problema entonces no es que el no "escuche", sino el asunto es que esa petición sea agradable a él, para que sea oída y sea acepta delante de él.

Muchas veces he oído que para algunos su oración no pasa del techo de la casa o del templo.  En primer lugar la oración no debe ser juzgada en base a lo que sentimos, sino en la fe, Dios premia la fe, si oramos creyendo esa fe es parte de una oración eficaz.

Dios nos demanda una vida en santidad, por lo tanto debemos procurar obedecer a Dios y guardar sus mandamientos, esto también es requisito para que Dios reciba nuestra oración.
Este punto también tiene que ver con la justicia, que actuemos honestamente con los demás, que estemos en paz, en cuanto dependa de nosotros (Hebreos 12:14)

Dios espera una actitud de humillación también de parte nuestra, al altivo lo mira de lejos, resiste a los soberbios, etc. tiene que haber una forma correcta de pedir lo que necesitamos, ejemplo: Señor por misericordia concédeme esto...tu sabes que lo necesito, etc.

No siempre Dios nos dará lo que pedimos, porque como somos imperfectos, podemos pedir mal, entonces debemos terminar nuestra oración siempre rogando a Dios que se haga su voluntad y no la nuestra, cuando lo que pedimos no estamos seguros que sea conforme a su voluntad.

Debe haber un deseo real de recibir lo que estamos pidiendo (Lucas 18), sólo así podemos conseguir lo que necesitamos, Dios probará nuestra fe, no debemos desmayar, hasta recibir una respuesta, aunque sea un no.

Por último, saber esperar, hay cosas que no corresponde que las recibamos al momento, entonces Dios nos contestará en Su tiempo, cuando sea lo mejor y estemos preparados para recibir.

Sobre este último punto por ejemplo sería ilógico que un joven de 14 años por ejemplo le pida al Señor una esposa para casarse en esta edad donde es inmaduro, está estudiando, etc... sin embargo la oración correcta es, Señor si algún dia me concedes que me case, prepárame y guárdame para ese día, muéstrame en tu tiempo la persona idónea para casarme, provéeme todo lo necesario y sobre todo guárdame para serte fiel, que es lo más importante. Por supuesto que todo tiene su tiempo (Eclesistés 3:1) entonces el joven o niño debe pensar en cosas acorde a su edad como prioritarias, ya que lo demás habrá otro tiempo, pero no está mal que piense en el futuro y ore en esa dirección.

Dios nunca falla ni es injusto, él es Perfecto, somos nosotros los que fallamos, por lo tanto podemos confiar en él siempre y de todo corazón.

Amén.

martes, 2 de abril de 2019

¿ Cómo sé que he recibido el Espíritu Santo ?

El Espíritu Santo es el don de Dios para los creyentes en el Señor Jesucristo. Todo cristiano debe recibir el Espíritu Santo (San Juan 7:37)

Hay muchas diferencias a veces en esta doctrina sobre el Espíritu Santo, pero la Biblia muestra algunas cosas que son fundamentales.

Debe existir un momento específico, una experiencia que sea notoria donde recibamos el Espíritu Santo, tal vez no sea con una manifestación de algún don, pero sí que es algo tan importante que no puede pasar desapercibido. El ejemplo más claro es cuando los discípulos lo recibieron el día de Pentecostés, se hizo notar claramente que hubo algo extraordinario y hubo manifestaciones de su presencia en ellos.

Esto se repite varias veces en el libro de Los Hechos y Pablo lo detalla en cartas como la de los Romanos capítulo 8, Gálatas capítulo 5 y 1ra a Los Corintios capítulo 2, 12 y 14, etc.

El Espíritu Santo puede manifestarse en nosotros aún sin que haya habido una conversión, puede "venir" sobre nosotros, de la misma manera que venía sobre los jueces, profetas y hombres santos del Antiguo Testamento, pero no es lo mismo que lo recibamos para ser salvos y vivir una nueva vida en la voluntad de Dios.

La diferencia es que desde que el Señor se fue al cielo, el Espíritu Santo vino para manifestarse plenamente en la iglesia, y en cada creyente, para hacer morada, es decir estar permanentemente en nosotros, en nuestro corazón, y que así podamos vivir para hacer la voluntad de Dios.

Si tú no tienes esta seguridad, debes orar a Dios pidiendo que te bautice con su Espíritu Santo y que se manifieste en tu vida.

Produce un gozo, una paz, amor, etc. (frutos del Espíritu) y también puede haber una manifestación de dones  y alabanza a Dios (lenguas, profecía, alabanza, aleluyas, glorias a Dios, danza, etc.).

La principal labor del Espíritu Santo es santificarnos (limpiarnos de pecado y producir un carácter santo en nosotros), por lo tanto, habrá un cambio de actitud frente al pecado, si alguien vivía una vida apartada de Dios, cuando recibe el Espíritu Santo, cambiará su mente, despertará su conciencia, y habrá un claro sentido de arrepentimiento, puede llorar y dolerse profundamente por los pecados cometidos, y pedirá perdón a Dios, primero es la paz con Dios, luego vendrá con el resto, pedir perdón a otros que hallamos ofendido, etc. porque así nos limpia el corazón el Espíritu Santo, para poder tener libertad ahora para servir a Dios.

Es posible que no sientas algo muy fuerte, pero si sientes "algo especial" que llega a tu vida, produciendo alegría, gozo, y sientes un "calor" o "fuego" en el corazón y  otra parte ( cabeza, espalda, manos, etc.) Si eso ocurre es muy probable que hayas recibido el Espíritu Santo; pero eso es sólo el comienzo...

Si no tienes la certeza, debes orar por esto y ayunar también, para que Dios te dé la plenitud de su presencia, porque todos necesitamos ser llenos del Espíritu Santo (Efesios 5:18).

Nota: si no sabes cómo ayunar, busca una entrada sobre este tema. Recomiendo predicación de Yiye Ávila.

Amén.