La oración eficaz del justo puede mucho.
Santiago cap. 5. vers. 16 B.
Eficaz: que produce el efecto esperado
La intención de una oración es recibir respuesta de parte de Dios.
Dios conoce hasta lo que pensamos, aún más, antes que hablemos él conoce lo que vamos a pedir (Salmo 139), por lo tanto él escucha todo lo que se habla y todo lo que se ora, el problema entonces no es que el no "escuche", sino el asunto es que esa petición sea agradable a él, para que sea oída y sea acepta delante de él.
Dios nos demanda una vida en santidad, por lo tanto debemos procurar obedecer a Dios y guardar sus mandamientos, esto también es requisito para que Dios reciba nuestra oración.
Este punto también tiene que ver con la justicia, que actuemos honestamente con los demás, que estemos en paz, en cuanto dependa de nosotros (Hebreos 12:14)
Dios espera una actitud de humillación también de parte nuestra, al altivo lo mira de lejos, resiste a los soberbios, etc. tiene que haber una forma correcta de pedir lo que necesitamos, ejemplo: Señor por misericordia concédeme esto...tu sabes que lo necesito, etc.
No siempre Dios nos dará lo que pedimos, porque como somos imperfectos, podemos pedir mal, entonces debemos terminar nuestra oración siempre rogando a Dios que se haga su voluntad y no la nuestra, cuando lo que pedimos no estamos seguros que sea conforme a su voluntad.
Debe haber un deseo real de recibir lo que estamos pidiendo (Lucas 18), sólo así podemos conseguir lo que necesitamos, Dios probará nuestra fe, no debemos desmayar, hasta recibir una respuesta, aunque sea un no.
Por último, saber esperar, hay cosas que no corresponde que las recibamos al momento, entonces Dios nos contestará en Su tiempo, cuando sea lo mejor y estemos preparados para recibir.
Sobre este último punto por ejemplo sería ilógico que un joven de 14 años por ejemplo le pida al Señor una esposa para casarse en esta edad donde es inmaduro, está estudiando, etc... sin embargo la oración correcta es, Señor si algún dia me concedes que me case, prepárame y guárdame para ese día, muéstrame en tu tiempo la persona idónea para casarme, provéeme todo lo necesario y sobre todo guárdame para serte fiel, que es lo más importante. Por supuesto que todo tiene su tiempo (Eclesistés 3:1) entonces el joven o niño debe pensar en cosas acorde a su edad como prioritarias, ya que lo demás habrá otro tiempo, pero no está mal que piense en el futuro y ore en esa dirección.
Dios nunca falla ni es injusto, él es Perfecto, somos nosotros los que fallamos, por lo tanto podemos confiar en él siempre y de todo corazón.
Amén.
Amén
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