jueves, 13 de abril de 2017

La oración de fe, la llave de los cielos


Para mí el orar significa ponerse en contacto con Dios, hablando con él, ya sea audiblemente o en nuestro corazón (ver ejemplo del criado de Abraham cuando fue a buscar esposa para Isaac y la oración de Ana, madre de Samuel), de todas formas Dios nos escuchará, lo importante es recibir la respuesta, que nos indicará que verdaderamente alcanzamos el propósito de nuestra oración.

A través de la oración podemos suplicar el perdón por nuestros pecados y a la vez pedir gracia para vencerlos, de tal forma que no siempre estemos cayendo en las mismas faltas, también podemos pedir por nuestras necesidades e interceder (pedir en favor de otra persona), y algo muy importante, cuando oramos también debemos adorar a Dios, darle gracias, esto es muy importante. Los Salmos son una fuente muy inspiradora para orar, aunque hay peticiones que no debemos considerar porque estamos en tiempo de gracia, ejemplo: en los salmos muchas veces se pide por la destrucción de los enemigos, en cambio en el evangelio debemos orar por los enemigos, pero también podemos orar por proteccion de nuestros enemigos espirituales (demonios).

La eficacia de la oración dependerá de nuestra fe y vivir una vida agradable delante de Dios.

En la Biblia encontramos que los hombres con los cuales Dios hizo cosas maravillosas, fueron hombres de oración (ejemplo: Daniel, Elías, Moisés, etc.) y esto se debe a que eran hombres de FE. En la epístola a los Hebreos se señala específicamente que sin FE es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6).

El centro de la oración debe ser la fe en Dios, creer que recibiremos una respuesta de él. Si se ora mecánicamente como una mera práctica religiosa (El Señor señaló esto a los fariseos) no habrá resultados espirituales.

Nuestra vida espiritual depende en gran medida de la calidad y cantidad de tiempo que dediquemos a la oración, lo ideal es dedicar un espacio de tiempo en la mañana, en la medida que practiquemos esto Dios nos guiará en cuanto a nuestra disposición a hacerlo, esta es la oración privada.

Lo más maravilloso es que el Espíritu Santo nos ayudará en nuestras oraciones (Romanos 8:26)

El Señor fue ejemplo de un hombre de oración, en muchos pasajes de los evangelios se muestra esto y además, dio grandes promesas y repitió varias veces que Dios espera nuestras oraciones.

San Lucas 10:21 "En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó" AMEN.

PD: Recomiendo leer los siguientes libros; El cristiano de rodillas (anónimo) y La ciencia de la oración (Yiye Avila)


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