Predicar a toda criatura con nuestra vida y nuestras palabras

El Señor Jesucristo fue un gran predicador, de hecho siendo el Hijo de Dios podríamos afirmar que fue el predicador perfecto, un hombre que oraba, predicaba, enseñaba, compartía con las personas y sobre todo tenia demostraciones del poder de Dios, con prodigios y milagros, pero una cosa que Dios me hace pensar como esencial, era la vida perfecta de su Hijo y aquí es donde quienes predicamos necesitamos visualizar a través de la vida de Cristo nuestra vida, qué espera Dios que hagamos o cómo quiere que vivamos, porque podemos predicar a todo el mundo, pero no debemos descuidar nuestra propia salvación, el mismo apóstol Pablo destacó esto (1ra. Corintios 9:27), y la única forma de consolidar nuestro éxito ministerial, es vivir lo que predicamos, ser una carta leída para los demás también.

El sermón más eficaz será nuestra propia vida, incluso muchos hombres que la Biblia destaca, no fueron predicadores, sino sólo hombres consagrados y santos (separados del pecado), hombres íntegros, quienes cumplieron sencillamente el llamado de Dios, se puede ser muy conocido y tener mucha gracia para hablar, ser muy atractivo y convincente, esto vale para quienes nos escuchan, aunque habrá quienes podrán darse cuenta si hay virtud en nuestras palabras, pero Dios nos ayude a ser un buen ejemplo, a practicar la Palabra de Dios y después a predicarla.

"Un falso cristiano se ve limpio y claro en sus propios ojos. El verdadero, por el contrario, conoce su propio corazón, siente que es un gran pecador", Jonathan Edwards (1703-1758).

Prediquemos con nuestra vida y con nuestras palabras.

San Lucas 10:21 "En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó" AMEN.

PD: Recomiendo predicación "la vida del evangelista" por Dr. Jaime Mirón, curso para evangelistas, del instituto bíblico Luis Palau.