Joel 2:28 "Y sucederá que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne; y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones."
La profecía de Joel se cumplió después de la ascensión de nuestro Señor Jesucristo, al cielo. El mandó a los discípulos que esperaran en Jerusalén, la venida del Espíritu Santo y sucedió el día de Pentecostés, Hechos 2:17.
La promesa de Dios se dio conectada a la obra Salvadora o Redentora de Jesús.
El Espíritu Santo vendría sólo para aquellos que aceptaran o creyeran el mensaje del evangelio, que son buenas noticias de salvación; O sea, Dios da su Espíritu como garantía de su promesa de salvación eterna a los creyentes (Efesios 1:14)
En el antiguo Israel, el Espíritu Santo venía "sobre" profetas, sacerdotes, jueces y algunos reyes. Principalmente sobre aquellos que obedecían a Dios. Si ocurría lo contrario, el Espíritu Santo podía apartarse del individuo, por ejemplo Saúl, Balaam, Sansón, etc.
Lo anterior debido a que cuando hay desobediencia, se está en pecado y en muerte espiritualmente, y es necesario un arrepentimiento y una conversión a Dios.
El pueblo de Dios antiguo, estaba bajo un pacto de una ley espiritual, pero no había un cambio en su corazón, por lo tanto su adoración al final se convertía en un rito ceremonial, que incluso llegaron a no poner cuidado tampoco en qué animales ofrecían para el sacrificio.
Ahora en Cristo, hubo en nuevo pacto por medio del derramamiento de Su propia Sangre, y Dios pone su Espíritu dentro del hombre, dándole vida espiritual, todo esto en virtud o gracias a lo que Jesús nuestro Señor, hizo al morir y resucitar por nosotros.
Ahora, Dios puede habitar en el creyente por medio de su Espíritu, para que también pueda cumplir su voluntad, o sea, guardar sus mandamientos y también servirle conforme al propósito que Dios haya planeado para la persona.
Amén.
Algunas citas:
Números 11:29
Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos.
Ezequiel 36:26-27
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
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